Pensamientos intrusivos: ¿Qué son y cómo controlarlos?

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Pensamientos intrusivos: ¿Qué son y cómo controlarlos?

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En ocasiones las personas experimentamos pensamientos repentinos, mayormente negativos, que nos llegan a la mente sin saber el porqué y el para qué. Estos pensamientos se denominan pensamientos intrusivos y son aquellos pensamientos inconscientes que interrumpen la atención, pudiéndose convertirse en obsesiones difíciles de erradicar. Suelen intensificarse con trastornos mentales como la depresión, la ansiedad o el trastorno obsesivo compulsivo.

Esto no quiere decir que las personas que no padecen ningún tipo de trastorno mental no puedan experimentar algún pensamiento intrusivo a lo largo de su vida. No obstante, estos pensamientos recurrentes empiezan a cobrar importancia clínica cuando se convierten en obsesiones que paralizan la vida normal de la persona y no se pueden combatir.

Si no se trabaja en ellos, estos pensamientos intrusivos pueden acabar volviéndose el eje de nuestras vidas, pues nos sentimos incapaces de reconducir nuestra atención hacia otros estímulos.

El pensar y repensar las cosas es quizá uno de los problemas más frecuentes de nuestra sociedad, siendo fuente de problemas de ansiedad, sufrimiento, incapacidad

¿Cuándo empiezan a convertirse en un problema?

Es el cómo respondes a los pensamientos intrusivos lo que tiende a establecer si son problemáticos.

Los pensamientos intrusivos también pueden estar vinculados con problemas de salud física. Por ejemplo, las personas que han padecido cáncer con anterioridad, pueden sufrir pensamientos intrusivos relacionados con el regreso de su cáncer que puede acabar alterando a su recuperación física.

En las personas que desarrollan obsesiones o pensamientos intrusivos más dolorosos, éstos comienzan a ocurrir de manera más regular en el momento en que se esfuerzan demasiado por deshacerse de ellos, en vez de simplemente aceptarlos o incluso ignorarlos.

Si estás pasando por una época particularmente estresante y te das cuenta de que estás luchando contra pensamientos intrusivos más de lo habitual, esto no significa necesariamente que estés desarrollando un TOC, simplemente que debes hacer cosas que te ayuden a distraerte y así reducir la ansiedad o lidiar con ella.

Tipos de pensamientos intrusivos

Podemos encontrar diferentes clases de pensamiento intrusivo dependiendo del contenido del mismo:

  • Agresivos: hace alusión a aquellos pensamientos con intención de dañar a otra persona o incluso a nosotros mismos sin que exista ningún motivo para hacerlo.
  • Ideas que van contra los propios valores: como las referentes al ámbito religioso o espiritual, político o familiar.
  • Pensamientos sexuales: basados en el deseo y las fantasías eróticas, especialmente con individuos con los que moralmente sería censurable mantener este tipo de relaciones.

Una característica relevante de los pensamientos intrusivos es que suelen ser egodistónicos, es decir, que crean malestar y confusión en la persona que los experimenta. Cuando la aparición de estos pensamientos intrusivos negativos no genera estos sentimientos es cuando podemos estar ante síntomas psicóticos y debe ser tratado sí o sí por un profesional por la gravedad que supone.

¿Cómo controlar los pensamientos intrusivos?

Para controlar los pensamientos intrusivos se debe descubrir, en primer lugar, cómo se han originado y por qué se mantienen en el tiempo para así poder trabajar en ello desde la raíz.

En el caso de no hacerlo, la razón que empuja a esos pensamientos intrusivos hacia nuestra consciencia seguirá haciéndolo.

Por ello, te dejamos aquí tres tácticas para gestionar los pensamientos intrusivos de manera adecuada y reducir así el impacto que tienen en nuestras vidas.

1. Desvinculación de pensamientos

Cuando aparezca el pensamiento no sirve de nada luchar contra él, pues se hará más fuerte. Estudia por qué aparece en tu mente y luego decide si te conviene dedicarte a él.

Es un ejercicio que necesita de esfuerzo y entrenamiento, y es por ello que es totalmente normal que al principio veas que los resultados no son los que esperabas o que te cuesta mucho desligarte de ellos… Sin embargo, si trabajas de forma constante descubrirás que acaban por perder fuerza y desaparecer.

Entrenar tu mente realizando actividades como la meditación, yoga o mindfulness, las cualesfomentan la concentración y la atención, te servirá para adquirir autocontrol sobre tus propios pensamientos y de esta manera aprender a centrar tu atención en otros aspectos cuando los pensamientos recurrentes aparezcan.

2. Realización de ejercicio físico con frecuencia

Los pensamientos son energía, y es mucho más fácil controlarlos cuando hemos liberado el exceso de energía que nuestro cuerpo produce. Por esta razón, hacer deporte diariamente nos ayudará a tener una mente más clara y relajada y a que la frecuencia de los pensamientos intrusivos se reduzca.

3. Dedicación diaria a pensar sobre el pensamiento perturbador

Un buen ejercicio es estudiar el pensamiento que te perturba dedicándole únicamente 15 minutos al día, siempre a la misma hora y en el mismo lugar, apuntando tus reflexiones por escrito. Pero en cuanto suene la alarma que te avisa de que ya ha pasado el cuarto de hora, no puedes volver a pensar en el tema hasta el día siguiente. Es un ejercicio para trabajar la voluntad y compromiso.

Si los pensamientos intrusivos se han convertido en un círculo vicioso obsesivo para ti y afectan a tu día a día restándote así calidad de vida, ponte en contacto con el médico psiquiatra Sánchez-Menéndez, analizará tu situación y te descubrirá las causas de la aparición de estos pensamientos así como herramientas que harán que puedas por ti mismo aprender a pensar más saludablemente.